Una cultura, un pueblo

“Las mujeres mapuche, día a día van urdiendo en la memoria y bordando en sus tejidos la historia de un pueblo que se niega a desaparecer. Nacen de estas manos femeninas imágenes tutelares, plantas, flores y animales en una secuencia donde pasado Y presente se conjuntan para dar”
Las mujeres zapalinas, mapuches por herencia o adopción queremos aportar un poquito con nuestro humilde trabajo a esta cruzada de rescatar de la historia de este maravilloso pueblo.

"Araña vieja " Leyenda

Un día, una chiquilla lavaba mote en el río, llegó un viejo y se la robó; se la llevó para sus tierras. Se casó el viejo con la chiquilla. Dicen que le dijo:
-Me voy para la Argentina, cuando vuelva yo, me tienes que tener toda esta lana hilada.
Se fue el hombre y la niña quedó llorando ¡cuándo sabía hilar! llorando allegadita al fogón y en eso el choñoiwe kuzé, el fuego vieja, le habló:
-No tienes para qué afligirle tanto yo voy a llamar a lalén kuzé para que te ayude.
Al ratito apareció, bajando por el fogón la Araña Vieja y le dijo a la chiquilla:
-Tienes que hacerlo como yo, mírame y aprenderás a hilar.
Así que pasaron los días, cuando llegó el hombre, las lanas estaban hiladas.
Lalén Kúzé todas las noches fue a ayudar a la niña y juntas terminaron el trabajo
.

Poema "Lalen kuzé, araña vieja " (Clorinda Curninao R.,)

Lalen kuzé, pequeña tejedora
de arrugadas manos
de tanto hilar,
pasas días y noches
estirando el vellón;
juntando lana
negra y blanca
que es tu única dedicación
para luego ser teñida por colores
que descubriste en las plantas,
la tierra y el mar.
Mujer, Madre Araña
que entrelazas y anudas
una hebra de Maqui
con otra de Quillay
para poder abrigar a tus hijos que mirándote
están.
Mujer,
una araña vieja
te enseñó a hilar
y también a tejer,
te alivió el trabajo
y tú supiste entender
que esos mismos secretos
debías entregar
a una araña joven
que mirándote está.
Clorinda Curninao R.,
«Lalen kuzé, araña vieja»

La computadora entre lanas y telares

Cuando hablamos de brecha digital nos referimos a la distancia que hay entre las personas, comunidades y países que pueden usar y apropiarse de las TIC y entre quienes no tienen acceso a la infraestructura necesaria para usar estas herramientas, por eso cuando llegaron lo equipos nos planteamos la pregunta:
¿Quiénes somos nosotros para impedir a nuestros alumnos salvar esa brecha?
Las nuevas tecnologías no sólo constituyen un conjunto de herramientas, sino un entorno, un ciberespacio, en el cual se producen las interacciones humanas. Esto nos sugiere que el papel de las tecnologías en la educación es considerarlas, no un sistema de transmisión, mediante el cual los docentes proveen información a los alumnos, sino más bien en un espacio potencial de colaboración, donde pueden desarrollarse actividades de enseñanza y de aprendizaje. Estas colaboraciones podrán reunir a personas que jamás podrían interactuar cara a cara. La colaboración a través de entornos virtuales favorece el trabajo solidario entre alumnos, docentes y también con la comunidad. La comunicación por intermedio de la computadora les da a nuestros alumnos la oportunidades de mostrar sus trabajos al resto del país y porque no decirlo al mundo entero.